Dictadores y monstruos
Inventamos monstruos que nos
den miedo, y héroes que nos salven de ellos. Pero tenemos y hemos tenido
dictadores. Y tendremos. Un padre, una pareja, un compañero de clase:
cualquiera puede ser un monstruo y un dictador. Y quizás sólo nos hace falta
valor para no dejarlos hacer daño. Unirnos como personas que quieren la
libertad, defender a los hijos, hermanos... y vivir la vida tranquilamente
hasta el fin de la misma: es lo mínimo que merecemos por el mero hecho de vivir
en un lugar que se parece a un infierno, muchas veces, gracias a todos los
monstruos-dictadores.
Debe haber más
personas que monstruos y dictadores: ¿entonces cómo no podemos con ellos
(¡tienen demasiado esclavos!)? ¿Nos falta más humanidad, unión y confianza? ¿O
queremos callar, aguantar y seguir muriendo, también anímicamente? ¿Quizá
preferimos inventar héroes que nos salven de los monstruos y sonreír y llorar
cuando alguien lo consiga al fin (la costumbre)? ¿O quizás tú eres un
monstruo-dictador?
¿Cuesta tanto ser
feliz en un mundo donde el ser más valiente es el humano: tú mismo?
Las armas:
corazones que amen, comunicación y la verdad.
Hagámoslo por
antiguos héroes de verdad y personas que quizás no nacerán si no defendemos la
vida a tiempo. Y por nosotros.
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