15 de febrero de 2019

Vacaciones Enero 2019 Francia


Francia es el país que más hemos visitado. Y no porque esté más cerca; es a causa de dos de mis pasiones: el manga y mi grupo de rock favorito. ‘’Coincidieron’’, y ahí empezó nuestra relación con Francia.
  Me encanta el manga ‘’La Rosa de Versalles’’. Su autora Riyoko Ikeda dibuja con un estilo personal elegante y maduro, y además toca cultura e historia. En este caso, la historia sobre María Antonieta, la Revolución Francesa…
  Hace años miraba el anime sobre este manga en televisión, y de algún modo me enamoré de Versalles. Aunque reconozco que mi personaje favorito era André (por su dulzura y porque lo doblaba mi actor de doblaje preferido: Marc Zanni), el ‘’amigo’’ de la auténtica protagonista: ‘’Lady Oscar’’, guardia personal de la Reina. Una mujer que fue preparada para ello, teniendo que vivir la vida como un hombre.
  Me atrapó la historia: la valentía, los alrededores, los profundos sentimientos varios de los múltiples y diversos personajes… Poco imaginaba yo entonces lo que llegaría a significar…

Sobre mi grupo de música preferido… podría contar tantas cosas, que iré contando, poco a poco; ya que son promotores de buen pedazo de felicidad en casa… Los hemos disfrutado más de 51 veces en directo: el ‘’más’’ va por un concierto que se anuló; pero aun así pudimos saludar a casi toda la banda…
  Me ayudaron anímica; aunque indirectamente, por supuesto, cuando perdí a mi abuela, a la que estaba muy unida. Fue cuando triunfaron en España. Escuchar su música me hacía evadirme, de algún modo… Desde entonces han estado en mi vida, y luego en la de mi hermano y en la de mi madre, que repitió en más de una ocasión, que gracias a ellos conocíamos mundo… Esto también lo iré explicando.
  La cuestión es que los Europe (que no se quedaron anclados, como algunos todavía creen, con su ‘’The Final Countdown’’: escuchar por ejemplo ‘’No Stone Unturned’’…) iban a tocar en Francia, en París, y mi madre me hizo, nos hizo, un doble regalo: íbamos a ir a disfrutarlos, y de paso a conocer Versalles.
  A los Europe ya los habíamos descubierto en directo, ¡y qué directo!, en Lorca en 2004. Pero Versalles… estaba por descubrir.
  Y nos enamoró de tal modo, que hemos ido anualmente desde entonces…, y una parte de mi madre, a la que perdimos hace cinco años, descansa allí…

Tengo miles de fotos; pero miles, miles…, y algunos recuerdos más.
  Prometo no ser demasiado plasta…; pero si te gusta Versalles, te iré enseñando transformaciones a través de fotos hechas durante más de una década… Y fotos de sus ‘’alrededores’’, como digo yo: París, El Valle del Loira… y demás puntos de Francia. Y fotos de los Europe, de otros grupos musicales, y de otros países… Y te explicaré más cosas.




Este año lo hemos empezado visitando este país. La Navidad es una época preciosa para descubrir y redescubrir algunos lugares del mundo; aunque con los problemas en Francia, nos hemos perdido un concierto (Lily Allen), la posibilidad de volver a saludar a la Torre Eiffel: una de mis preferidas (aunque el año pasado dormimos con ella…), y las decoraciones (este año coloradas) de los Campos Elíseos…
  El año pasado visitamos el palacio de Vaux-le-Vicomte (Nicolás Fouquet, el intendente de finanzas de Luis XIV, lo construyó con ‘’ayuda’’, entre otros, de Charles Le Brun, y André Le Nôtre: pintor y paisajista respectivamente): no era la primera visita; aunque sí la primera en Navidad. Allí se encuentran los árboles de Navidad más preciosos. Mi madre los hacía ‘’casi igualitos’’ en mi infancia… Parte de ella, de mi madre, también descansa allí: uno de sus palacios predilectos… y uno de los míos.
  Decidimos celebrar allí mi cumpleaños (6 de enero), casualmente, el último día que el palacio de Vaux-le-Vicomte estaba abierto con sus espléndidas decoraciones. Día de Reyes Magos (en palacio con historia Real): todos merecemos un regalo, si nos hemos portado bien.




  También nos acercamos a Versalles (el inagotable paraíso que empezó a construir Luis XIII), inevitablemente. Y saludamos al castillo de Blois (construido por Luis XII), otro antiguo conocido, al que sólo habíamos visitado por dentro una vez; aunque llevemos años durmiendo en esa ciudad.




Este año las decoraciones de Vaux-le-Vicomte (escenario de muchas películas como ‘’El hombre de la máscara de hierro’’, con Leonardo DiCaprio, o de la serie ‘’Versailles’’…) han sido diferentes del año pasado: quizás no tan desbordantes; pero han sido espectaculares. Me gusta la variedad.
  
Empezamos celebrando el estar allí: en uno de ‘’nuestros lugares mágicos’’ donde nos reconocen…, y que el día era especial.


Si lo deseas, puedes disfrazarte de la época y deambular por el palacio y alrededores entregado a lo que te permita tu imaginación…


Este año, por primera vez, subida a la cúpula, de donde se pueden redescubrir y descubrir rincones, como si fueras un pájaro. O quizás un semidios.


El recorrido al conocido palacio: esperado, familiar y gratificante… Música, chimeneas aún encendidas, y magia visual…












(Enlaces directos a mis videos en Instagram)

Sala principal de Vaux-le-Vicomte decorada de Navidad

Sala de Vaux-le-Vicomte decorada con libros y ositos de peluche

Sala de Vaux-le-Vicomte decorada con banda musical

Pesebre de Vaux-le-Vicomte

Mesa de Navidad de Vaux-le-Vicomte


No es el palacio más grande; pero no hace falta. Te siente grande, de algún modo, que por mi parte no alberga pretensiones. Simplemente un trozo de mundo que te alegra la vida durante el tiempo que quieras; ya que los recuerdos son para siempre, si uno quiere.
  
El exterior, decorado de Navidad, te convierte automáticamente en ese niño que dejas aparcado para las ocasiones especiales…

  Atravesar una ‘’calle’’ de árboles iluminados, para ser recibido por dos enormes Cascanueces a la puerta principal, te hace sentir bien, sí o sí…


Anochece, también inevitablemente; así que la maravilla se transforma en una maravilla iluminada… El rojo y el dorado triunfan, como debe ser. Y los reflejos…, los reflejos cobran vida.


Las despedidas cuestan más caro, cuando uno tiene la suerte de poder despedirse…

Vaux-le-Vicomte en la noche de Reyes Magos


Versalles siempre será Versalles. La frase puede parecer simple, si uno no ha estado, se ha enamorado, y ha vuelto a hacerlo, en más de una ocasión.
  
Renovar el carnet, tomar una tarta Tatin con capuccino y comprar unos libros y recuerdos, son sólo el postre de lo que se puede hacer en este lugar único.




  La visión desde fuera, es el recibimiento mas histórico, sin ambigüedad…



Solemos poner la banda sonora de la película ‘’Marie Antoinette’’, de Sofia Coppola, al llegar… otra cosa que nos encanta.
  
Los Trianons, este año deben esperar; ya que vamos con el tiempo justo; pero el Grande me tiene el alma robada… ¿Quién no ha soñado despierto alguna vez?...

Petit Trianon

Grand Trianon

Pero hay que saludar a las fuentes de Apolo, a la del Dragón y a sus familiares… Como hay que saludar a la parte de nuestro alma que descansa allí…


Si vais con mascota; aunque para mí, mi ‘’mascota’’ es mi hermanita de cuatro patas, podéis pasear sin problemas por las varias hectáreas del paraíso; aunque ni Trianons ni alrededores del ‘’hermano mayor’’… (En Vaux-le-Vicomte las mascotas no están permitidas, y en Blois Tampoco... aunque siempre puedes pasearte con ellas por delante.)
  Si vais con alguien en silla de ruedas, tenéis más facilidades que en otros muchos lugares, y de paso, podéis observar algunas salas en algo más de intimidad mientras esperáis al personal que os guiará a través de caminos secundarios. Con mi madre en silla de ruedas hemos recorrido El Gran Canal, de unos 5 kilómetros y medio, en más de una ocasión. Y casualmente, tengo recuerdos de momentos divertidísimos allí… (En Vaux-le-Vicomte y en Blois, el acceso está más reducido; pero es que Versalles es mucho, mucho más grande...)
  
Una exposición sobre Louis Philippe, normalmente oculta, nos deja alucinados: y eso que no la hemos podido ver completa; porque en Versalles hay demasiadas cosas que todavía te atrapan, y ralentizan la marcha de tus pies…












La magia existe: es una de las mejores palabras que inventó el hombre, a la que sí se le puede dar credibilidad…
  
La despedida vuelve a costar, y además nos sorprende con alguna decoración navideña superviviente e inesperada. Todo se agradece a la hora de recordar…

Despedida Versalles


Blois… Toda esta ciudad es espectacular: desde el río Loira, en donde también hay parte de nosotros… hasta una de las panaderías con más… colesterol y lactosa.

Blois

Este año volvemos a entrar en el Castillo Real, donde recordamos casi en soledad: pocos visitantes; aunque en Versalles y en Vaux-le-Vicomte no habían muchos más…



  Pero antes, entregamos un recuerdo a la iglesia de Saint -Vincent…



Lo que no había visto y me estaba esperando: Bellas Artes dentro del castillo, con sus artes bellísimas.




  ¿Cómo puede el ser humano crear maravillas y a la vez destruir maravillas?..., suelo preguntármelo cuando veo el alcance de lo positivo que algunos pueden dar, y han dado.
  Me quedo alucinando con el descubrimiento de un cuadro de Marie Philippe Coupin de la Couperie (1773-1851): ‘’Valentine de Milan llorando en la tumba de su esposo Louis de Orleans’’. Por suerte hay un asiento justo enfrente para poder deleitarme unos minutos entre los detalles tan perfectos… y, sin poder evitarlo, pensar en la solitaria sensación de la pérdida.


Volver a subir por la original escalera al aire libre, sentarse en un asiento Real, imaginar visitas históricas, y revivir antiguas visitas no tan antiguas…






















Una plegaria personal a la capilla del castillo...

Capilla castillo de Blois

Un vistazo a la iglesia de Saint Nicolas y al río, desde otro ángulo, antes de marchar...


El tiempo no se para; aunque lo parezca, y menos cuando hay tantas cosas que revisitar. 

Este ha sido un viaje corto, en comparación con la mayoría; pero ha sido otro modo de empezar el año; aunque para algunos no haya habido parte positiva…



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