Libros
leídos: ‘’El club de la lucha’’, de Chuck Palahniuk. Debolsillo, 224 páginas.
Un libro que después de ver la película, creí
interesante leer; pues me encanta descubrir sobre la mente humana: confirmar lo
bien que puede estar amueblada, o lo mal que puede llegar a estar.
Una introducción escrita por el autor te hace
pensar que el propio escritor se dedica a hacer todo aquello que luego leerás.
Si es así, la verdad es que es penoso. Si sólo quiere llamar la atención
(tretas de autor), imagino a todos los descerebrados-desalmados que
posiblemente se empalmen con tales ideas.
Estamos ante un libro que según muchos es
algo único y novedoso, radical, brutal, interesantísimo, anárquico, de
necesidad, toca el nihilismo, y te hace ver que el materialismo es destructivo:
y yo me pregunto, por ejemplo, cuántas de las personas que lo han leído y
opinan así, viven entregadas al minimalismo no pijo, o comparten sus bienes, o
dejan de adquirir... Aunque algunas de las personas que lo han leído (la
mayoría en general confiesan haberlo leído por la película…), salen repugnados
en la cuestión higiénica, sobre todo, cuando hay tanto por lo que repugnarse
aquí.
La verdad es que lo que se narra en este
libro, por desgracia, ocurre bastante a menudo, y algunos no han parado a
pensar en las noticias de diario, o en la de veces que al ir a un restaurante
te preguntas ¿qué habrán hecho para que sepa así?... Ni se han parado a abrazar
al pobre desgraciado que siente que está solo en la vida: al contrario, lo
mandan al psicólogo o lo miran mal, si es que lo miran.
La narración, a mi modo de ver, como lectora,
es reiterativa y asfixiante. También engañosa; aunque es fácil darse cuenta, en
algún momento, de ‘el secreto’ del protagonista.
Como escritora (sin haber probado a editar),
me parece mucho más interesante; ya que creo que es bueno que haya de todo a la
hora de aprender, y el tema psicológico está presente casi todo el rato. Y la
narración va y viene entre pensamientos y diálogos que; aunque repetitivos y de
una sola dirección, te obligan a reconsiderar una vez más lo mal que están
muchas cosas, o muchas personas. Una narrativa profunda por encima de la
banalidad. Porque; aunque el tema quiere llegar a la meta de la destrucción
total, las personas de las que se habla; incluso siendo inteligentes y
calculadoras (esto no significa necesariamente inteligencia) son banales. No
aportan construcción, ni algo que realmente haga mejor a la humanidad: quieren
borrarla. Simplemente.
Entiendo que hay seres humanos que no lo
parecen ni de lejos; pero querer acabar con todos es demasiado. La vida es lo
que tenemos y no hay manera de empezar de cero. O a partir de esos seres que
creen que son capaces de aportar nueva vida desde la suya, vacía, que necesita
de las desgracias ajenas para que su mínima parte humana, pueda llorar.
Irónicamente.
Estoy entre el interés ya mencionado, y la
vergüenza ajena en el caso de las personas destructivas.
¿Pegarnos para sentirnos vivos, quizás?... lo
que te hace sentir vivo es el amor. Si es que estás bien del corazón…
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