8 de mayo. Una fecha histórica sobre vida y muerte. Poder y resistencia. Vidas que se perdieron en esa historia, y vidas que resistieron a esa historia. Una cruenta historia que no debió existir; pero que casi logra cambiarlo todo; ya que guerras, las hay, todavía.
Una asignatura que nos acarició en el colegio, y que para algunos, que sentimos curiosidad tras esa caricia y lo que luego descubrimos, también de nuestros mayores, se transformó tiempo después en el horror, las experiencias sobre antepasados… algo más cercano. O sobre personas que no deberían llamarse personas, sino asesinos y supervivientes; porque los hay de todo tipo, aún.
Porque las víctimas, incluso las desconocidas que no saldrán jamás a la luz, también lo son. Y los que no nacieron y no existen ni pueden hacer justicia. Y los que quedamos… Así como los eternos verdugos que no mueren ni muertos.
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