Intento sonreírme, como si fuera tú… pero no es lo mismo: mi sonrisa no me parece igual. La tuya es demasiado especial, así que sólo puedo esperar a que me sonrías, de ese modo, otra vez.
El recuerdo de esa noche, en el prostíbulo… me rapta los pensamientos a diario. Y yo le dejo.
No soy un completo pervertido, pero estoy enamorado y no puedo evitar soñarte y reiterar mis diáfanos sueños…
Te había dicho que necesitaba saber cómo era hacer el amor con una persona diferente a uno mismo; pues, hasta entonces, yo había sido mi único amante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si deseáis comentar, me gustará leeros