Libro recomendado: ‘’Llámame por tu nombre’’, de André Aciman. ALFAGUARA, 280 páginas (sólo… es que me encanta). LGBT, erótica, amor vario, viajes, arte vario, generaciones, relaciones varias, nacionalidades…
No sé por qué lo compré, pero intuyo que porque me gustan las historias interesantes con dos hombres interesantes… Aunque no he leído la segunda parte que espera en mi estantería digital, por mi falta de tiempo entre otras ‘’cosillas’’, y es curioso, porque este libro me ayudó en un mal momento. Y eso no lo hace mejor: podría haberlo degustado al revés.
No sé si hay alguien que lea esta reseña y no haya leído el libro, pero para empezar, diré que la narrativa es arte: tanto en los momentos de arte en general, como en los momentos de arte homosexual.
Y puedo entender que otros no tengan la mentalidad (pervertida, me llamarán, y a mí me resbala) suficiente como para aceptar lo que es. Ahora que pienso, la de actores, cantantes, deportistas y alarguemos la lista de personalidades que nos alegran la vida mientras muchos de mentalidad cerrada o peor aún, cerrada a cal y canto, no tienen idea, o DISIMULAN, que sus ídolos se acuestan con personas que tienen lo mismo ahí en medio, porque seguir diciendo ahí abajo, me parece la repera.
En fin, serafín… El tema arte de fondo, de excusa, de lo que quieras llamarlo; pero de necesidad, nos da la bienvenida a un hombre que aparece para hacer flotar notas musicales sentimentales por todos lados, incluso en rincones oscuros… Pero el arte me encanta: el de toda la vida, y si habéis estado en museos, o en iglesias…, habréis visto cuánto arte: desnudos y todo… Además, el ser humano es y hace arte: claro, no todos.
Qué bonito pensar que puedes ir a casa de alguien desconocido y ser como de la familia: eso ya casi no pasa. Y menos que te entiendan, que te respeten. Que se cree una atmósfera tan estrecha entre desconocidos que dan ganas de meterte en el libro…, y en la peli también: porque vaya peliculaza que se marcaron: y aquí no me quejo de limitaciones, como en otras que parece que los dos amantes homosexuales se dan asco, y encima ganan aplausos, premios e hipocresías por el estilo (***2021…)
En ese lugar de cultura, disfrazado de hogar, que lo es, hay otra mente que tiene mucho dentro, y también alrededor. Y no me refiero al padre, que me encanta, por varias razones, y también en recuerdo a mi madre…
Me refiero al otro prota: el que no sabe de sentimientos humanos reales, hasta que lo descubre a él, a sí, a él… Este prota es un genio, un misterio por acabar de descubrir, pero que brilla para los que saben ver. Y varios lo han notado.
No quiero volver a hacer una reseña larga, porque estoy hecha polvo; no creo que interese a muchos, la verdad; y me encanta tanto la historia que sería otra ‘’Historia interminable’’. Pero diré que a veces, y lo sé…, las personas se conocen a pinceladas, a roces de notas musicales, a miradas furtivas que se disimulan tan bien como en el teatro. Y los sentimientos se notan: los malos, como siempre digo…, y los buenos.
La historia de amor empieza, con dudas y más; sigue con arrepentimiento y más; y avanza, porque avanza, con erotismo muy bien cincelado, muy artesanal, y mucho sentimiento del que enamora hasta a los lectores.
Tendremos, en lo que parece nunca acabar (me retracto: dura poco), de todo un poco, múltiples descubrimientos fuera y dentro del alma y el cuerpo; un tiempo que hay que aprovechar antes de que llegue esa, a veces odiosa palabra: ‘’Fin’’…
Hay algunas diferencias con la película, pero es alucinante y muy recomendable (los 2). Si te gusta, te interesa, o si lo que sea.
Del libro, sobre todo, me encantan lo místico, la duda, los celos, la dulzura y la crudeza; porque es parte de la narración, como de la vida. Y las escenas eróticas son como deben ser. Y sino, a leer tebeos. O ‘’moja bragas’’, como los llaman ahora a los romances heteros que ya aburren y se venden como, ojo al dato: churros calientes. Y conste que soy arbitraria.
Tengo ganas de meterme ya con el segundo: me hubiera gustado hacer una reseña doble, pero la vida es así, y no la he inventado yo…
‘’Elio, Elio, Elio…’’ Un pedazo de historia, enmarcada entre historia.
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