En el #diamundialdeladiabetes me gustaría decir algo que puede herir a unos, asustar a otros porque la información a veces se prefiere evitar, o puede que haya personas que sepan de lo que hablo. Seguro que sí.
Estamos en un momento en el que nada claro del todo hay por la variante información de una ‘’nueva’’ enfermedad… Actualmente se pretende hacer creer que casi todo está controlado, y un día resulta que las noticias son mejores o peores que el día anterior.
Muchos lo han, y están pasando MAL, de muchas maneras. Y llevamos así desde el 2019…
El futuro está por decidir…
Pero es curioso que se creen vacunas y hasta pastillas ‘’anti’’ con tanta rapidez…, y lo siento, pero, también que se haya creado un abuso y una empresa gracias a esta enfermedad que no hemos inventado los que hemos contribuido a engrosar la caja registradora de las farmacias y de las tiendas con artículos específicos para no ser parte de esta especie de ‘’Apocalipsis’’ como le llamaban al principio.
Ha habido mucha gente, TAMBIÉN MÉDICOS, que no ha respetado nada, así que da para pensar, por muy estado de dictadura que te pueda parecer que de un día para otro te encierren en casa.
Veo máscaras en el suelo las pocas veces que salgo, y me parece una IRONÍA, comparado con lo que pasó hará casi 2 años. Lo de la distancia es una regla que se rompió cuando ‘’nos dejaron salir’’, y antes, por lo que contaban los trabajadores de supermercados…, y se podía ver en las redes sociales...
Y podría añadir más, y podéis insultarme. Pero ahora igual me entendéis mejor, si seguís leyendo.
Hace casi una generación, los médicos dijeron que mi hermano había ‘’debutado’’ a la Diabetes. Y me explicaron que de eso se podía morir y que era una enfermedad ‘’hereditaria’’. Aquí acabó la información.
Pude ver cómo una enfermera estaba más preocupada por mancharse al sacarle sangre a mi hermano, que al ver cómo sus ojos habían empequeñecido dentro de sus cuencas. O cómo el dolor lo hacía retorcerse, y cómo hacía esfuerzos en su especie de ‘’coma’’, por respirar…
Ocurrió en el Hospital de Blanes, o el ‘’Matadero’’, como nos enteramos después, le llaman muchos.
‘’Gracias’’ a que los incompetentes de los médicos diagnosticaron a mi hermano con una doble neumonía, para la que no estaban preparados…, lo trasladaron a Mataró, donde vivió varias semanas en la UCI, bajo supuesta vigilancia; ya que algunas veces el respirador se les olvidaba…
Y fue diagnosticado, gracias a una máquina, con una pancreatitis.
Una lego como yo, se puso a leer sobre el tema con la poca información que encontré en internet, y lo que saqué en claro es que si el páncreas no funciona, no crea insulina y los niveles de azúcar suben. Los grandes médicos sólo ven que esa persona es diabética, sin más preocupación por encontrar el porqué.
Por increíble que parezca, le dieron el alta, considerándolo todavía diabético, con sus pinchazos, luego sus pastillas (por los diferentes tipos de diabetes: tipo 1, tipo 2…) y ese famoso Glucagón, que, de entrar en barrena, se le tenía que inyectar. Así como debíamos cuidar su alimentación, porque según una ‘’gran dietista’’, y luego una nutricionista, también ‘’despistadas’’ las 2 (y luego otra supuesta médico nutricionista, que recomendaba una copa de vino cada día en las comidas: ideal para el páncreas…), si le dábamos de comer 10 gramos más de la cuenta, lo mataríamos.
Por cierto, que también fui testigo de cómo pinchaban a mi hermano con la aguja de otro enfermo, aunque no llegué a tiempo de poder abrir la boca. Lo negaron, claro. Hasta que se dieron cuenta de que la habían cagado. Mi hermano podía haber pillado el Sida, por poner un ejemplo.
Así pasaba el tiempo: mi hermano se iba desmayando… y se puso a comer algo más de la cuenta. Sin pasarle nada. Intenté hablarlo con los médicos que seguían asegurando, sin pruebas, que era diabético.
Tuvimos que ir a un hospital de pago para que nos confirmaran, con pruebas básicas, después de SIETE AÑOS bautizado como diabético, que mi hermano NO ES DIABÉTICO.
Había tenido una pancreatitis puntual.
Mi madre entró, unos años después, al ‘’Matadero’’, por urgencias. No la queríamos llevar allí…, pero era el lugar más cercano.
Vomitaba y perdía el conocimiento. Pero los médicos, una vez más, se centraron en otras cosas.
La olvidaron en el box, y en planta, tras ‘’conseguirle’’ una cama sin almohada ni respirador… ni vigilancia, ni vocación (también fui testigo, y no sólo yo) en el Trueta, donde le hicieron pruebas mínimas y nos dijeron que tenía un soplo en el corazón: ‘’nada que corra prisa’’, y que el Tac torácico no mostraba nada por lo que correr…
De vuelta a Blanes, la ambulancia se estampó contra la acera, mientras mi madre se moría… de dolor.
Diagnóstico preferente: Diabetes…
Era fin de semana, como la vez que mi hermano ‘’debutó’’. El lunes se le haría alguna prueba más, pero ‘’tranquilos que TODO ESTÁ CONTROLADO’’: fueron las palabras de los médicos.
Mi corazonada fue que cuando saliéramos de ahí, la llevaría a descartar problemas con el páncreas, por si acaso. Los médicos no escuchan. Algunos lo harán, pero en nuestro caso no. Y en tantos otros. MALA PRAXIS MÉDICA no es una broma que he inventado yo.
Mi madre no llegó al lunes: nos dejó la madrugada del domingo, a las 4:16. Un día y medio es el tiempo que los médicos tardaron en dejarla morir.
Yo no podía creerlo…, ni caminar, pero ellos, los médicos, no podían ayudarme si yo no les pedía ayuda; aunque me faltara la voz. También me hubieran podido dejar morir. Así de fácil.
Ha sido la única vez que he suplicado. POR LA VIDA DE MI MADRE. A un médico. La única vez que he suplicado.
No parecían tener trabajo (murió otra persona un rato antes, pero nos dijeron que cuanto antes nos fuéramos mejor, pues necesitaban las camas) y miraban la televisión, porque aunque dijeran ‘’tu madre es lo más importante para nosotros’’ no era verdad. Nunca lo es. Mientras, yo me dedicaba a mirar a mi madre: buena persona, con ganas de vivir, emprendedora, adorable… Sus sueños, que aún tenía, murieron junto a ella, sobre todo gracias a la incompetencia médica, la nula vocación.
Sabía que la pesadilla era real. Así que no podía despegarme de ella, de mi madre. Hasta que nos echaron. Las personas más importantes en su vida, sobrábamos, antes y después.
Y así nos fuimos, de madrugada, en pleno enero, y en shock, seguramente.
Tardaron un día más, por error… para hacerle la autopsia, ya que no tenían idea de la razón de su muerte, por derrame interno...
Nos tocó esperar un día más.
Mémora se relamía y se entretenía en observar la desgracia en nuestros rostros. También hay que decirlo.
Los médicos tardaron 11 meses en darnos un resultado definitivo de autopsia. 11 meses sin saber el verdadero porqué de la muerte de mi madre. 11 meses en los que conocidos y desconocidos nos aconsejaban ir al psicólogo, porque un abrazo es muy caro. Y seguramente el NO médico en cuestión, nos iba a entender a la perfección… También los conozco, de casualidad.
No nos dejaban llorar. Era ley de vida perder a una persona de 63 años… ‘’Tenéis que olvidarla’’ escuché alguna vez. Olvidar a una madre. Una buena madre.
También nos dijeron que seguramente alargaron la entrega de los resultados de la autopsia para que no los demandáramos, cosa que no creo que funcione demasiado, porque algunos médicos se critican entre ellos, pero se limpian el culo mutuamente porque todos la cagan. O la cagarán.
Una demanda no me devolverá a mi madre. Pero las palabras quedan escritas.
Nos hicieron creer que mi madre tenía un cáncer, y… mejor morir al principio.
Resulta que tenía un falso quiste operable. En el páncreas. Un quiste que medía el doble de lo que mide el páncreas, y con sólo una ecografía, que no le hicieron, o con ese Tac, pero toraco-abdominal, no sólo torácico, podían haber descubierto.
Creo que cuando una persona vomita, lo normal sería descartar problemas digestivos, y no entretenerse en mirar a otro lado. Esto lo hemos escuchado durante años por boca de otros médicos, y hasta veterinarios (mi hermanita de 4 patas también ha sufrido una pancreatitis). Y encima algunos se reían.
Quizás mi madre no se hubiera salvado, pero la oportunidad no nos la dieron. NO SE LA DIERON.
Y no nos pudimos despedir; pues ‘’TODO ESTÁ CONTROLADO’’.
GRACIAS A LA INCOMPETENCIA MÉDICA Y AL PASOTISMO EN CUANTO A LA PALABRA ‘’DIABETES’’ Y SU PROCEDENCIA.
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